Para entender los finales, primero hay que entender los principios. Y mucho mejor si el entendimiento nos llega cuando somos niños. Por eso este libro es tan importante. Porque la autora supo adaptar pasajes del Génesis como los de Caín y Abel, el arca de Noé y la torre de Babel, entre otros, para que un chico de 2 años pueda entenderlos sin problemas. ¿Cómo? Con dibujos bien ilustrativos, que tienen la virtud de captar la esencia de cada historia. Además, los colores cálidos y agradables, y diversos detalles (como delfines saltando en un mar de fondo, o el mismo título en la tapa rodeado de purpurina), hacen de este un libro más que atractivo. Atractivo, resistente y seguro, ya que está hecho de cartón y tiene las puntas redondeadas para que los niños no se lastimen.