Un buen rompecabezas estimula la motricidad fina y el aprendizaje de la matemática cognitiva de los niños. Varios, mucho más. Sobre todo si estos, debido a la diferente cantidad y tamaño de piezas, presentan distintos niveles de dificultad. Claro que estos no son los únicos argumentos para recomendar este libro. Sus rompecabezas, que ilustran algunos de los pasajes más significativos de la Biblia, se arman por encima de los dibujos que los representan, lo cual les permite a los más chicos tener una guía para terminarlos. Toda una delicadeza, que se suma a la de su confección: tapa dura y puntas redondeadas, que evitan su deterioro y que los chicos se lastimen. Un lujo, recomendado para niños de 6 años en adelante.