Bajo la interpretación más amplia posible, el registro de la creación en Génesis es un fenómeno sobrenatural que no deja nada librada al azar y la evolución Darwiniana es un fenómeno natural que deja prácticamente todo librado al azar. Así, es difícil imaginar dos cosmovisiones de la creación que estén más opuestas la una de la otra. ¿Por qué, entonces, esta necesidad irresistible de “bautizar al diablo”, intentando armonizar la evolución con el Génesis? Aunque no podemos saber las motivaciones individuales, la respuesta global está ligada a la creencia contemporánea de que la evolución debe ser cierta porque, después de todo, “¡es ciencia!” este libro busca mostrar que los cristianos no debieran comprometer una doctrina tan crucial como los orígenes ante la cultura predominante